Historia

Cuentan que el Rey D. Manuel I mandó tapizar el puerto de Lisboa para recibir, sin barro en el suelo, al navegante Vasco de Gama que regresaba de su primer viaje a la India por vía marítima. Pero la calzada portuguesa, tal como hoy conocida, resultó de un ensayo realizado en 1842. Fue entonces ejecutada una primera pavimentación con pequeñas piedras blancas y negras. Entonces todavía no existían calceteiros, lo que explica que esta primera calzada haya sido ejecutada por presos. El resultado no podía haber sido mejor: donde antes había tierra batida pasó a verse una magnífica superficie decorada. De tal forma que el Ayuntamiento de Lisboa rápidamente concedió fondos para la pavimentación del Rossio, en un área de 8712 m2. A finales de 1849, toda la placa central estaba pavimentada
con un modelo ondulado que pasó a ser conocido como mar largo (ancho mar).

Los diseños de la calzada-mosaico, incluyen motivos tan distintos como esferas armilares, carabelas y naos, rosas de los vientos, cuerdas, cruces, escudos, blasones, emblemas, olas marinas, sargazos, estrellas, anclas y estilizados animales como pájaros, delfines y cangrejos. Hasta principios de este siglo, los diseños eran hechos por los propios artesanos calceteiros que se inspiraban en motivos tradicionales. En la década de los cincuenta cambió y los diseños empezaron a ser hechos por arquitectos y artistas plásticos.